Payton I. Simmons - ID

Payton, joven y vivaz Payton. Desinhibida como su madre, siempre diciendo lo que piensa como lo piensa, pero analítica como su padre, siempre buscando la verdad más profunda en las cosas, inteligente y creativa, busca soluciones y oportunidades en todo aspecto de su vida; es más una líder que una seguidora, hace y no se limita al solo decir, una mujer de armas a tomar, no necesita que la salven o la protejan, tampoco es de la que busca que un hombre a corteje, si algo le gusta va por eso, sin excepciones.

Como amiga Payton es de esas chicas que no dice las cosas con cariñitos y dulzuras, si algo está mal lo suelta y espera  a que haga efecto en esa persona, franca a más no poder, odia mentir especialmente a esos que le importan. Cariñosa y bromista, a veces sarcástica, la clase de persona que no va a juzgar a nadie, especialmente porque fue lo que su madre le enseñó desde pequeña. Parece ruda al principio, pero también es tierna y siempre está ahí para cuidar a sus amigos.

Le gusta aprender y compartir lo que ha aprendido, ayuda siempre a los demás, no lloriquea por pequeñeces. Cuando quiere algo se centra en eso que quiere, persevera hasta que lo obtiene, no es de los que se rinde con facilidad, Payton es un huracán y se lleva todo a su paso, divertida y a veces alocada, disfruta de fiestas, de viajar, de conocer lugares y personas.

No es la muchacha romántica que busca un cuento de hadas, más bien busca primero su satisfacción, los sentimientos que vengan después son añadiduras bienvenidas. Confiable y buena confidente, escucha y siempre trata de ponerse en el lugar de los demás, busca siempre evitarles problemas a sus amigos, nunca es la defendida, sino la defensora. Para ser orgullosa y guardar rencores está sola y aunque es algo que ha tratado de cambiar es una parte de su personalidad que o ha logrado mejorar.

Curiosa, atrevida, aventurera, primero dice sí, luego se las arregla para hacer lo que deba hacer. Coqueta, risueña e impaciente, ama aprender, ama conocer, pero no soporta que la hagan esperar. De buen talante y buenas intenciones, pero lo suficientemente inteligente como para descifrar las debilidades de esos a los que no aguanta.

Hija de Monique  Ansel y Henry Simmons, una pareja de ingleses que como pocas crecieron para enamorarse, Payton jamás se creyó la historia de que habían crecido en un vecindario de Oxford, de esos vecindarios ingleses con casas color pastel que violan la ley anti-incendios, pero por más excentricismo que viniera de su hija mayor, era cierto, habían crecido como mejores amigos y estando en sus veinte decidieron casarse. Monique, una artista, mujer bohemia que a Payton siempre le ha recordado a aquella mujer de “La insoportable levedad del ser”, sabina, toda ella exuda arte y libertad, sin duda en su época setentera había sido toda una hippie y una chica de esas que lloró cuando se enteró de la muerte de Lennon. Henry era de esos chicos que se paseaba por la calle con el cigarro sostenido en la comisura del labio conquistando a cuanta muchacha se le pasaba por el frente, pero aparentemente estaban hechos el uno para el otro.

Monique no quiso saber nada sobre la universidad, pero con su actitud, su inventiva y su creatividad logró abrir su propia galería, justo cuando se enteraba de que ya no eran solo ella y Henry, sino un bebé que llegaría para Julio. Henry para ese entonces estaba terminando su especialización en educación, después de haber estudiado mecánica en Oxford. Un profesor y una artista, con un bebé en camino. Cuando Payton nació era el centro del universo de sus padres, Henry había decidido enseñar física en un colegio privado de Inglaterra, mientras tanto Monique le dedicaba sus días y noches a la galería, donde Payton jugaba con pinceles y colores y correteaba por el piso superior llenando el lugar con su risita tintineante.

A sus once años nacieron los gemelos, dos hermanos de un solo tirón, el corazón pequeño de Payton no hizo sino ensancharse por esos dos chiquillos que aunque la dejaban fuera de sus juegos y la dejaban a un lado ella estaba ahí para leerles, hacerles dibujos y mientras crecía, cuidarlos y ayudarlos con la tarea. Kevin y Francis desarrollaron por su hermana un amor parecido al que le profesaban a su madre. En la escuela Payton hacía las cosas mecánicamente, jamás se esforzó realmente, pero sus notas eran intachables.  Al graduarse se postuló a una beca financiada por una ONG  americana que ofrecía becas a las tres mejores universidades del mundo. Payton se postuló a la número uno, en donde se encontraba el Instituto Tecnológico de Massachusetts.

Resultó una sorpresa haber aprobado el examen de admisión y todos su maestros estuvieron dispuestos a escribir cartas de recomendación necesarias para el ingreso. Le resultó más sencillo de lo que esperaba irse de su hogar al MIT, en realidad estaba entusiasmada, quienes no pudieron contener la tristeza fueron sus hermanos y su padre; Monique no hacía más que decirle que disfrutara el nuevo mundo, que se aventurara.
Con tres años de Ingeniería en Sistemas Aeronaúticos, Payton recibió el certificado para ser Summer Student en el CERN, lo que más le entusiasmaba era volver a Europa. Había iniciado investigaciones en los laboratorios el MIT relacionadas con la dinámica de motores y los combustibles usados en sistemas de aeronaútica, el CERN era donde podía buscar segundas opiniones y conocer tecnología que jamás había imaginado conocer.

Dobreva para SC